Ciro en una playa de Asturias, tan feliz con su palo recién rescatado del mar. |
El juego es una actividad muy importante y que beneficia en
muchos aspectos a nuestros perros. No solo es un buen entretenimiento para
perros aburridos, sino que puede ayudar a calmar a aquellos que están
nerviosos, a reducir estrés, a distraerlos de algo que los altera o asusta, y
les puede proporcionar estimulación mental y física.
Existen muchos juguetes y juegos caseros que nosotros
mismos podemos hacer con objetos que siempre solemos tener a mano. Siempre
debemos comprobar que no supongan un peligro para nuestro perro, asegurándonos
de que no tengan bordes cortantes, sean de materiales tóxicos o el perro pueda
romperlos e ingerir trozos pequeños. Los juguetes rotos deben ser retirados por
precaución.
Rastreo por la casa
Este es el juego de nariz por excelencia. Se trata de
esconder un puñado de premios por las habitaciones a las que el perro tenga
acceso. Los escondites no deben ser siempre muy elaborados, con que el trozo de
comida no esté a la vista bastará para que el perro tenga que usar su nariz
para encontrarlo (detrás de las puertas, de las patas de los muebles, debajo de
la esquina de la alfombra, detrás de una maceta…). Hay que tener cuidado de que
no se nos cuele ningún trozo bajo un mueble o algún otro sitio de difícil
acceso porque no queremos que nuestro perro se frustre o rompa algo por
empeñarse en conseguir el premio extraviado.
La tela trenzada
Ayúdanos a encontrar al autor de esta imagen |
Para este juguete necesitamos tiras de tela, a ser posible
de algodón o algún material orgánico. Debemos asegurarnos de que la tela no
suelte tinte al mojarse. Juntamos las tiras y hacemos un nudo, y a partir de
ahí las empezamos a trenzar. Lo más sencillo es hacer una trenza de 3 tiras,
pero podéis complicaros todo lo que queráis. Este juguete se puede usar tal
cual o esconder premios en sus pliegues para que el perro se entretenga
sacándolos. Para esto podemos hacer juguetes que estén más o menos apretados,
para que tengan una dificultad mayor o menor a la hora de sacar los premios.
Otra forma de hacerlo es con una sola tira ancha de tela dura, por ejemplo de
vaquero, en la que haremos un único nudo, y esconderemos premios en sus
pliegues.
El rollo dispensador
Con los rollos de cartón del papel higiénico se pueden
hacer rellenables caseros. Dependiendo de
la experiencia del perro pueden durarle unos segundos o unos cuantos minutos.
En vez de cerrar los extremos también se pueden meter rollos arrugados dentro
de otro y repartir los premios como queramos. Otra opción es poner los rollos
de pie en el suelo o dentro de un contenedor y meter comida dentro. El perro
deberá sacarlos o simplemente moverlos para conseguir la recompensa. Estos
juegos son de poca dificultad, ideales para que nuestro perro aprenda a pensar
por sí mismo y a resolver problemas.
Relleno de tela y premios
Si tenemos algún juguete de este tipo podemos convertirlo
en un buen juguete rellenable al usar trozos de tela.
Los intercalamos con premios mientras los metemos dentro. Al principio no
debemos ponérselo muy difícil al perro para que no se frustre por no poder
acceder a los premios o se rinda rápido.
Rompecabezas con pelotas
Usando un molde de muffins o madalenas y unas cuantas pelotas podemos construir un
rompecabezas. Colocamos premios debajo de todas o sólo algunas de las pelotas,
y nuestro perro deberá o bien adivinar usando su nariz en qué agujeros hay
premio, o bien directamente levantar todas las pelotas para alcanzarlos. Se
pueden usar otros objetos en lugar de pelotas de tenis, sobre todo si vuestro
perro se excita demasiado con las pelotas.
Cajas escondepremios
Tan simple como suena. Día tras día tiramos a la basura
muchas cajas de cartón de diversas formas y tamaños. Todas pueden ser
escondites perfectos para premios que nuestros perros deberán esforzarse en
abrir o romper. Si les hacemos agujeros también pueden divertirse al mover la
caja y hacer que salgan. Para complicarlo más, puedes meter bolas de papel de
periódico arrugado dentro de la caja.
Adivina dónde
Si tienes alguna baraja de cartas que no uses por casa,
puedes emplearlas en este juego. Dobla la baraja por la mitad y esconde premios
sólo debajo de algunas de las cartas. Este juego es otra versión del juego de
nariz en el que escondemos premios por la casa aprovechando esquinas,
alfombras, las patas de los muebles…
Este juego se puede hacer también con vasitos de plástico o
macetas de plástico pequeñas (objetos que el perro pueda dar la vuelta).
Las botellas giratorias
¿Tienes alguna botella por casa, algo de madera y un poco
de maña? Entonces construir este juego para tu peludo será pan comido. Simplemente tienes que fabricar algún tipo de
estructura donde colocar una barra y que quede bien sujeta. A continuación
busca algunas botellas o envases y hazles agujeros para poder ensartarlos en la
barra. Abre el tapón e introduce algunos premios dentro y ¡listo!
Puedes dejar sólo el tapón sin cerrar para que puedan salir
por ahí los premios, o cerrarlo y
hacerle agujeros a la botella por otros sitios para que el juego sea diferente.
Los clásicos prefabricados
Estos son los juguetes que encontraréis en las tiendas de
animales y que están ideados para que nuestros perros pasen horas de diversión
pensando en cómo conseguir los premios que esconden. ¡Pero ojo! Al igual que
con los juguetes fabricados por vosotros es necesario que superviséis al perro
mientras juega con ellos para aseguraros de que no los rompe y se traga algún
trozo (al menos hasta que conozcáis el grado de glotonería o de fuerza bruta de
vuestro perro).
Ale, ¡ya no tenéis excusa!
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