1. Mantener la calma, tranquilizar al animal
Cuando un perro o gato se ha atragantado el primer paso es no aumentar aún más la ansiedad del animal. "Si el perro se pone nervioso, respirará más fuerte, y la inhalación del aire provocará que el objeto que ha tragado se introduzca todavía más en su aparato respiratorio", explica Marisol Cuenca, del Colegio de Veterinarios del País Vasco.
2. No intentar extraer el objeto si éste no es visible
Un perro o gato que se atraganta porque algún fragmento ha quedado atrapado en su tráquea tiene mucha dificultad para respirar. "Si metemos la mano en su boca con la intención que extraer el pedazo aún bloquearemos más la entrada de aire", añade Cuenca.
Introducir la mano en la boca del animal que se asfixia tiene otro problema añadido: puede mordernos, ya que es normal que el perro o gato sienta dolor.
La clave para ayudar a un can o felino que se atraganta por culpa de un objeto es tratar de que abra su aparato respiratorio. Para ello hay que levantar las patas traseras del animal y agarrarlas entre nuestras piernas, con ayuda también de los brazos (como si se tratara de un abrazo). De este modo, el tercio trasero del perro o gato quedará levantado.
Esta operación es una adaptación de la conocida como maniobra de Heimlich en humanos. Y la finalidad es similar: trabajar a favor de la gravedad. De este modo, será más sencillo que el objeto que atraganta a nuestro peludo amigo caiga por sí mismo -o con algo de ayuda- al suelo.
Sostener en brazos al animal no siempre tiene buenos resultados: el animal puede ponerse nervioso al sentir que pierde el contacto con el suelo. Entonces, respirará fuerte y empujará hacia dentro el objeto que le asfixia. Es por ello recomendable actuar del mismo modo en animales pequeños que en animales grandes: colocar al animal con las patas traseras levantadas, en posición de hacer el pino.
En gatos es aún más importante no levantar al animal del suelo: las reacciones de los felinos suelen ser impredecibles y pueden voltearse y hasta girarse; estas torsiones dificultarían más todavía la salida del objeto que bloquea su respiración.
4. Presión bajo la caja torácica - no para inexpertos
La maniobra de Heimlich puede ser suficiente para ayudar al perro o gato a expulsar el objeto que provoca su asfixia. El animal toserá, y ese fuerte impulso de aire suele empujar el fragmento atascado fuera de su cuerpo.
Una presión seca con nuestras manos también puede ayudar a lograrlo. Para ello, hay que localizar el final de la caja torácica del perro y abrazar con una presión seca. Sin embargo, esta maniobra no está exenta de peligros: unas manos inexpertas en primeros auxilios para perros o gatos pueden tener dificultades. Si se aprieta el estómago del animal, el abrazo resultará ineficaz e incluso peligroso.
Por eso, sin experiencia en primeros auxilios para mascotas, lo correcto es mantener las patas traseras del perro o gato levantadas, sin más. Y tratar de relajar al animal todo lo posible (con palabras cariñosas). Con algo de suerte, el objeto saldrá expulsado por sí mismo.
La llamada al veterinario de emergencia es necesaria, y debe ser casi el primer paso -aunque aquí esté incluido en quinto lugar-. Cuando hay dos personas en casa para socorrer al animal que se ahoga, la opción más segura es que una ayude al perro o gato mientras que otra llama al veterinario.
Por ello, conviene tener siempre a mano un listado con los teléfonos y contactos de los veterinarios de urgencias más cercanos.
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